Desde que sucedió el presunto asesinato del director ejecutivo de United Health Care, Brian Thompson, el 4 de diciembre en la ciudad de Nueva York a manos de Luigi Mangione, de 26 años, los comentarios en las redes sociales han sido brutales contra las compañías de seguros médicos, lo que ha provocado la eliminación de las fotografías del director ejecutivo y de los miembros de la junta directiva de los sitios web, la cancelación de reuniones de la junta y el aumento de las medidas de seguridad. Muchos se sorprendieron de que el 41% de los jóvenes aprobara la acción de Mangione.
En el lugar del asesinato se encontraron casquillos de bala con las palabras “denegar, defender, declarar” escritas en ellos, lo que avivó aún más la furia anticorporativista, ya que estas palabras estaban directamente relacionadas con las tácticas de demora, denegación y defensa utilizadas por las compañías de seguros para aumentar sus márgenes de beneficio. A nivel nacional, la tasa de denegaciones ha sido de una de cada seis reclamaciones. Casi una cuarta parte de los médicos informaron que estos requisitos provocaron un evento adverso para un paciente. Estos retrasos han provocado tantas muertes innecesarias como la que le ocurrió a Natalie Sarkisyan, de 17 años, cuando primero le negaron el trasplante de hígado y luego lo retrasaron. Su hermano era un donante perfecto y estaba dispuesto a darle una parte de su hígado para que ella pudiera vivir.
En los cinco días previos a la captura de Mangione, surgieron rumores y explicaciones engañosas sobre el motivo, promovidas en cierta medida por el Manifiesto de Mangione y el dinero del monopolio encontrado en su mochila abandonada y la pistola fantasma que fue recuperada.
- El comentarista de derecha Keith Hanson para Fox News encontró una trama de izquierda en la acción: “la ira siempre está dirigida a las corporaciones estadounidenses porque esos son los principios del marxismo, que esta gente de alguna manera controla la riqueza y controla los medios para crear riqueza adicional. Es algo sacado directamente de Marx y Engels”. Llamó a la acción la próxima ola de Occupy Wall Street 2.0.
- Según artículo en el Daily Mail: “Luigi Mangione ejecutó a sangre fría al director ejecutivo de UnitedHealthcare, Brian Thompson, como un ‘acto de guerra’ después de que la empresa ‘violara’ su contrato con su madre, que sufrió años de dolor y gastos insoportables tras un diagnóstico de neuropatía grave”.
- Pero, ¿es cierto? Aunque está detallado en su manifiesto, no hay ninguna indicación en las entrevistas con su madre de que este fuera el caso. Ella y su familia son miembros de una familia adinerada de Baltimore, por lo que parece muy poco probable.
- El propio Luigi tenía un dolor de espalda severo que requirió cirugía en 2023, aunque se desconoce si alguna vez se le negó la atención, como supuestamente le sucedió a su madre.
- Luigi Mangione es un joven privilegiado de una familia prominente de Baltimore con un título en ingeniería. No hay evidencia de que estuviera vinculado a ningún grupo político.
Para citar a Michael Moore, productor de la película de 2007 “Sicko” y mencionado en el Manifiesto de Mangione: “esta ira no tiene que ver con el asesinato de un director ejecutivo… tiene que ver con la muerte masiva y la miseria –el dolor físico, el abuso mental, la deuda médica, las quiebras ante reclamaciones denegadas y atención médica negada y deducibles sin fondo además de primas en aumento– que esta industria de la “atención médica” ha impuesto contra el pueblo estadounidense durante décadas. ¡Sin nadie que se interponga en su camino! Solo un gobierno –dos partidos desintegrados– que permite el robo de esta INDUSTRIA y, sí, el asesinato”.
A medida que se acerca el Año Nuevo, la investidura del presidente Trump y la implementación del Proyecto 2025, tenemos que reconocer y abordar la ira, la sensación de traición y la confusión profunda que sienten tantos estadounidenses. En tiempos como estos, parece natural aferrarse a líderes dramáticos y audaces como Trump y Musk, o asesinos audaces como Luigi Mangione.
En estos tiempos difíciles que estamos viviendo, tenemos que mirar más allá de la superficie. ¿A quiénes se está sirviendo? ¿Quién es nuestro amigo y quién es nuestro enemigo? ¿Son los 800 multimillonarios y los 6 millones de millonarios de este país realmente nuestros amigos? ¿Qué pasa con los 140 millones de estadounidenses que viven en la pobreza, algunos de los cuales reciben un salario mínimo federal de 7,25 dólares por hora?
Como diría Michael Moore, nadie debería morir por falta de atención sanitaria. Podemos ampliarla aún más. Nadie debería morir por falta de alimentos, vivienda, educación o por un medio ambiente contaminado.
Tenemos que estar preparados para el desafío. Es nuestro país, no el de los multimillonarios y sus corporaciones.
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