La opinión pública sobre el sistema sanitario con ánimo de lucro del país -un caso atípico entre las naciones ricas- ha dominado la actualidad nacional en los últimos días tras el asesinato la semana pasada de un ejecutivo de seguros en Nueva York.
El lunes, pocas horas antes de que la policía detuviera al sospechoso del asesinato del consejero delegado de UnitedHealthcare, Brian Thompson, una nueva encuesta de Gallup reveló que una mayoría del 62% de los estadounidenses cree que el Gobierno debería garantizar que todos los estadounidenses tengan cobertura sanitaria, el porcentaje más alto en más de una década.
En 2013, solo el 42% de las personas creía que era responsabilidad del Gobierno asegurarse de que todos los habitantes del país tuvieran cobertura sanitaria, el porcentaje más bajo desde principios de este siglo.
La encuesta reveló que la mayoría de los republicanos sigue creyendo que garantizar la cobertura sanitaria no es tarea del Gobierno, pero la mayoría se ha reducido desde 2020.
Ese año, solo el 22% de los votantes republicanos creía que el Gobierno debía garantizar que todos los habitantes del país tuvieran asistencia sanitaria, pero esa cifra ha aumentado hasta el 32%.
El porcentaje de independientes que piensan que el asunto es competencia del Gobierno también ha subido seis puntos desde 2020, y el apoyo demócrata sigue siendo alto, actualmente del 90%.
Los estadounidenses han descargado sus frustraciones sobre el actual sistema de seguros de salud con fines de lucro en los últimos días, mientras la policía buscaba a un sospechoso del asesinato del CEO de UnitedHealthcare, Brian Thompson, antes de arrestar a Luigi Mangione en Pensilvania el lunes. Según la policía, a Mangione se le encontró un manifiesto en el que arremetía contra el sector de los seguros.
La semana pasada, Anthem Blue Cross Blue Shield también se enfrentó a las protestas del público y se vio obligada a dar marcha atrás en su decisión de recortar la cobertura de los cuidados de anestesia. El representante demócrata Ro Khanna afirmó que la medida indicaba que «el sistema actual está roto».
«Los demócratas recuperarán la confianza enfrentándose a las compañías de seguros con intereses especiales y luchando por Medicare para todos», dijo.
El presidente electo Donald Trump y otros republicanos, que se disponen a controlar ambas cámaras del Congreso a partir de enero, han indicado que irían en la dirección opuesta, trabajando para debilitar el popular programa Medicare, administrado por el gobierno, mediante la promoción de Medicare Advantage, que es administrado por compañías con fines de lucro como United y ya es utilizado por la mitad de los beneficiarios de Medicare.
Pero uno de los principales aliados de Trump, el empresario multimillonario Elon Musk, se metió la semana pasada en el debate sobre el actual sistema sanitario, cuestionando por qué Estados Unidos paga mucho más en costes administrativos sanitarios que otros países ricos y sugiriendo que los estadounidenses no «rentabilizan su dinero».
Otra encuesta publicada el viernes pasado reveló que la opinión positiva de los estadounidenses sobre la calidad de la atención sanitaria del país ha descendido a su punt más bajo desde 2001, y la mayoría coincide en que el sistema estadounidense, dominado por las aseguradoras privadas, tiene «grandes problemas.»
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