Después de años de apoyar a Yolanda y su trabajo, me emocioné mucho cuando Héctor y Yolanda me llamaron para decirme que cruzarían la frontera el 3 de junio. Y poco después de cruzar me volvieron a llamar para decirme que habían cruzado y que estaban comenzando de nuevo una vida nueva en los EE.UU. Fue un momento increíble para todos nosotros.
Hace 12 años Yolanda fue deportada a México, bueno Tijuana. No tenía dinero y no había un sistema de apoyo de integración para las mujeres deportadas.Se encontraba perdida en la frontera mexicana llena de caos y crimen.
Hombres sin escrúpulos frecuentaban los sitios de entrega de deportaciones para mujeres deportadas ofreciéndoles una comida o una habitación de hotel.Y la mayoría de las veces ofrecían sus teléfonos para que pudieran llamar a su familia y decirles dónde estaban. Estos hombres estaban tratando de atraer a estas mujeres a su confianza para que pudieran drogarlas y luego traficarlas en el mercado de sexo. Al ofrecer sus teléfonos, estos hombres registraban el número o números de la familia de los deportados.
Luego, estos hombres comenzaban a llamar a la familia pidiendo un rescate y amenazando a la familia con que la mujer sería lastimada o asesinada.
Yolanda, por algún milagro, evitó este nivel de atrapamiento y se vio obligada a encontrar el camino más difícil de supervivencia.Estaba en una profunda depresión sin querer siquiera levantarse de la cama para cuidarse. Su vida había sido destruida por su deportación.
Además no podía ver a su hija que vivía a pocos kilómetros de la frontera de Tijuana.
Aquí ella era la madre de una BENEFICIARIA de DACA un Dreamer y fue deportada en 2010. Qué ironía que mientras su hijo pudiera quedarse, ella sería deportada.
Después de cuatro años difíciles en Tijuana y de sufrir una profunda depresión, un día se dio cuenta de que no era la única madre de Dreamers deportada.
Ella empezó una organización, sabía que necesitaba hacer algo por otras mujeres y, en el proceso, terminaría ayudándose a sí misma.
En el 2014 comenzó a organizar Dreamer Moms para ayudar a las madres deportadas. Pronto muchas mujeres acudían a ella en busca de ayuda física, emocional y psicológica. Otras mujeres tanto en Tijuana como en los EE.UU. empezaron a brindar ayuda.
Mientras buscaba una sede para su organización, encontró otra organización incipiente, Veteranos Deportados, encabezada por Héctor Barajas, que se ofreció a compartir el espacio de la oficina y los gastos.
Años más tarde, Héctor y Yolanda se casaron y continuaron trabajando juntos en favor de madres y veteranos.
Héctor, junto con otros veteranos y algunas madres, pudieron borrar sus registros y cruzar los Estados Unidos.
En 2018 fui a Tijuana en busca de Veteranos Deportados. No podía creer que mi gobierno deportara a los veteranos. Encontrando por fin a los Veteranos Deportados Encontré en la misma oficina a las Dreamer Moms.
Yolanda hizo un trabajo increíble conectándose con Dreamer Moms deportadas y otras mujeres que estaban siendo deportadas. En el proceso, ayudaron a muchas mujeres a sobrevivir y comenzaron una fuerte campaña para educar a los grupos defensores de los derechos de los inmigrantes sobre la difícil situación de las madres deportadas. Building Bridges desde 2018 ha sido un firme partidario de las Dreamer Moms y los veteranos deportados.
El 3 de junio se me llenaron los ojos de lágrimas al escuchar la alegría en sus voces. Hay muchas más madres y veteranos que necesitan regresar a casa y usted puede hacer esto posible eligiendo a personas que reformarán nuestro sistema militar y de inmigración.Yolanda continuará con su trabajo para ayudar a otros y en el proceso retener la esperanza viva.
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