Recogí tus cebollas cada temporada y apenas las hice, para una comida por un día,
Mientras tú ganabas un millón de dólares cada día.
Coseché tus verduras pero para mí fue solo un día.
cuando me trataste como a un esclavo.
Una vez solía orar pero eso no me llevó a ninguna parte,
Acabo de regresar bajo el sol ardiente todos los días recogiendo para que usted pueda ganar el pago de una semana.
Y orando nuevamente por un día mejor.
Te he hecho rico con todo mi sudor pero solo para no oirlo decir, “Oye, aprecio tu arduo trabajo del día”.
Estoy aquí para decir,
“Quiero lo que es mío, ¿debería tomarlo y correr?”
lejos. O quedarme aquí hasta que me salga con la mía.
Trabajando bajo el sol abrasador desde el amanecer hasta el atardecer, cosecho lo que dices no es mío,
No soy más que tu trabajador sin sol.
Y me pregunto, ¿si recibiré diez centavos por mi sudor debajo del sol?
Todo lo que conseguimos es que no muramos, porque ¿quién te hará ¿vino? y ¿cenar?
Estamos trabajando bajo el sol ardiente en los campos que plante cada temporada, incluso con lluvia o sol.
De repente escuchamos el avión en el cielo rociando polvo sobre nosotros sin preocuparnos de que estemos trabajando en el campo,
Sentimos el rocío en nuestra ropa y piel,
y saben que estamos aquí,
y sin embargo siguen fumigando como si no fuéramos nadie.
El avión se va volando, mientras nosotros nos sentimos mal.
Pero no veo a nadie ante quien podamos quejarnos y
pronto empezamos a morir.
Están fumigando para enriquecerse mientras podamos
morir.
Lo llaman cáncer pero ¿a quién le echamos la culpa?
Todo fue parte del trabajo de un día.
Finalmente presentamos una denuncia a los encargados de
regular esos actos inhumanos.
Los culpables sólo reciben una palmada en la mano y si un
se les impone una multa económica,
Lo luchan como si nunca supieran que estábamos allí.
Si sufrimos una lesión y le contamos al patrón o
contratista,
Responden: no tenemos seguro”.
Hoy vengo a reclamar lo mío a quienes
Tomé el centavo que tanto me costó ganar.
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