El Tribuno del Pueblo y nuestra publicación hermana People’s Tribune expresan sus más profundas condolencias a las familias de los 53 migrantes. Ellos murieron bajo el calor sofocante en un camión de remolque en las afueras de San Antonio, Texas, el 27 de junio. Sesenta y siete personas fueron abandonadas por contrabandistas en el camión sin aire acondicionado ni agua, y en temperatura que llegaban a 150 grados adentro del camión, según informes oficiales. Varios sobrevivientes sufrieron lesiones como daño cerebral y hemorragia interna.
Este fue el incidente de este tipo más mortífero en la historia de Estados Unidos. Los sueños de 53 migrantes, 40 hombres y 13 mujeres de ir a la escuela, trabajar y construir casas para sus madres fueron destrozados. Hasta el momento se sabe que entre los muertos se encontraban dos hermanos, dos hermanas, un matrimonio joven de veintitantos años y dos primos y mejores amigos de 13 años. Los migrantes procedían de México, Honduras, Guatemala y El Salvador.
Mientras las madres, los padres y las familias lloran por sus muertos, los políticos se señalan unos a otros: algunos culpan a sus oponentes por no apoyar leyes de inmigración más estrictas. Mientras que otros exigen políticas de inmigración más humanas. Al final, ellos usarán este incidente como una oportunidad para tomar fotos, pero nada cambia. Es decir, nada, excepto el presupuesto para vigilancia de la frontera: al ICE se le asignarán $8,400 billones, $138,1 millones más que el año fiscal 2022.
En términos de una verdadera reforma migratoria, no obtenemos nada. Las muerte de miles de otros migrantes quienes murieron al cruzar la frontera por años son el resultado de un sistema de inmigración que niega la humanidad a migrantes y pone enfoque en mas fondos para muros, drones y armas en el nombre de “asegurar las fronteras nacionales”.
Entre los activistas fronterizos es bien sabido que los meses de verano son los meses de muerte para los migrantes. “Están muriendo seres humanos en ríos, canales, desiertos, montañas y ahora hasta en camiones no seguros designados al transporte de carga. Migrantes, refugiados y familias enteras están utilizando rutas más lejanas y peligrosas para venir a Estados Unidos”, dice Fernando García. , director ejecutivo de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos. “Estas muertes son el resultado de acciones de contención, represión antiinmigrante y deportaciones sumarias que no han cambiado bajo la actual administración a pesar de las promesas de un nuevo giro a las políticas antiinmigrantes impulsadas y materializadas por gobiernos federales anteriores”.
Las 53 muertes son las últimas muertes que se añaden a las cifras de muertes migrantes. El año pasado, al menos 650 personas murieron intentando cruzar la frontera entre Estados Unidos y México, la cifra más alta desde que una agencia internacional comenzó a rastrear esas estadísticas en 2014. De lo que va del año han muerto unos 290 migrantes.
Pero hay más que decir y muchas preguntas que responder. ¿Cuánto tiempo durará el impacto de esta tragedia? ¿Cuánto durará la tristeza que sentimos? ¿Cuándo la conmoción, la tristeza y la ira se convertirán en acción?
Mientras ponemos la responsabilidad por estas muertes en la administración de Biden y administración anteriores por políticas inmigrantes racistas, nosotros la gente de este país también debemos tomar responsabilidad. Como dice Carlos Marentes del Proyecto de Trabajadores Agrícolas Fronterizos, “Lo que debemos preguntarnos en medio de la consternación generalizada es cómo prevenirla. El Papa Francisco nos dio una pista cuando habló sobre el significado de la palabra solidaridad. Él dijo [en octubre de 2014], ‘Solidaridad… es pensar y actuar en términos de comunidad, de la vida de todos…'”.
“Debemos solicitar una investigación a nivel internacional por parte de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Debemos unirnos al llamado para protestar por esta atrocidad reciente”, dice José Torres, un activista de derechos humanos de Weslaco, Texas.
Cuando votemoss en los próximos meses, debemos votar por candidatos que se comprometan a crear un sistema de inmigración humano y no racista. Esto será solidaridad en la práctica.
El Tribuno del Pueblo y People’s Tribune promete seguir denunciando la inhumanidad de este sistema y, lo que es más importante, seguiremos brindando una plataforma para aquellos activistas y organizaciones que luchan por una sociedad donde ningún ser humano sea ilegal.
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