Las estadísticas anteriores de los CDC pintan una imagen inquietante de dónde estamos como sociedad. Llevando en cuenta el mes de la historia de la mujer, vale la pena tomar una mirada seria a lo que enfrentan nuestros jóvenes y mujeres jóvenes y niñas en particular en el mundo de hoy.
Estamos saliendo de una pandemia temible y dolorosa con encierros, cierre de escuelas, aislamiento social, dificultades económicas y muchas muertes de seres queridos e incluso orfandad. Algunos señalan que la dependencia excesiva de las redes sociales por parte de nuestros jóvenes ha contribuido a la depresión y los suicidios. Si bien hay algo de verdad en eso, con los bloqueos y el distanciamiento social durante la pandemia, el acceso a las redes sociales era todo lo que tenían muchos jóvenes en aquel entonces.
Sin embargo, la violencia sexual y física, la depresión, la ansiedad y el riesgo de suicidio entre los jóvenes precedieron por mucho tiempo a la pandemia. Solo tenemos que mirar la larga serie de tiroteos en escuelas que precedieron a Uvalde, como Sandy Hook, Parkland y Columbine.
¿Cómo se comparan las estadísticas de los CDC para las adolescentes estadounidenses con las adolescentes latinas?
- Las adolescentes latinas tienen la tasa más alta de intentos de suicidio en los EE. UU. (https://www.houstonpublicmedia.org/articles/news/2016/07/05/159378/cdc-latina-teenage-girls-at-highest-risk- por-intento-de-suicidio-en-u-s/).
- Las latinas informaron una tasa más alta de intentos de agresión sexual que otros grupos raciales o étnicos (https://www.pcar.org/sites/default/files/resource-pdfs/supporting_latin_communities_research_brief.pdf).
- 22% de los jóvenes latinos tienen síntomas depresivos. ¡Eso es más alto que cualquier grupo fuera de los jóvenes nativos americanos”, según Salud América! revisión de la investigación.
Mientras contemplamos las sombrías estadísticas anteriores y tratamos de responder a ellas, es importante moderar nuestra reacción al papel especial que juegan nuestros jóvenes y mujeres jóvenes en particular en nuestro mundo. Algunos dicen que el futuro es la juventud. Hay quienes dicen que los jóvenes son los canarios de la mina, que primero sufren y advierten a los demás del peligro. Ciertamente, la pobreza, la falta de atención médica física y mental, las presiones para encajar (aculturación), las preocupaciones de inmigración y los factores culturales juegan un papel importante.
De todos modos, es importante reconocer que el cambio para el bien es necesario y tardío, y que toda vida humana es valiosa y debe ser nutrida al máximo. Los estudios han demostrado que mejorar el nivel educativo y de vida de las mujeres, en particular de las niñas y las mujeres jóvenes, es la forma más rápida y duradera de sacar a todos de la pobreza y sus descontentos (Banker to the Poor, Muhammad Yunnus).
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