Como sociedad, tenemos el deber de proteger a los niños de cualquier daño, pero el año pasado las violaciones del trabajo infantil aumentaron un 37% en Estados Unidos. Esto no solo es inaceptable, sino absolutamente imperdonable.
Los niños son los miembros más vulnerables de nuestra sociedad, pero en estados de todo el país, desde Alabama a Nebraska, empresas como Hyundai y JBS Foods, están siendo demandadas por el departamento de trabajo por emplear a niños de tan sólo 12 años en condiciones de trabajo inseguras.
Incluso la mayor empresa de capital riesgo del mundo, Blackstone, tuvo que pagar 1.5 millones de dólares de multa por emplear ilegalmente a más de 100 niños para limpiar plantas de envasado de carne.
La Ley de Normas Laborales Justas (FLSA) de 1938 marcó un hito en la historia de los derechos laborales. Estableció el salario mínimo, la semana laboral estándar y prohibió el trabajo infantil. Sin embargo, los legisladores estatales republicanos quieren desmantelar estas leyes en un flagrante desprecio por la vida de los niños.
Las leyes sobre trabajo infantil se han promulgado para proteger a los niños de la explotación, el abuso y el abandono. Estas leyes fijan límites de edad para el empleo, limitan las horas que pueden trabajar los adolescentes mayores y establecen requisitos de salario mínimo. También prevén inspecciones periódicas de los lugares de trabajo para garantizar su cumplimiento.
La preocupante tendencia a atacar estas leyes no se limita a Alabama y Nebraska. En Iowa, los legisladores han presentado un proyecto de ley para permitir que niños de hasta 14 años trabajen en empleos peligrosos como la construcción, el envasado de carne y la minería. En Minnesota, Ohio, Wisconsin, Texas e incluso Nueva Jersey se están planteando retos similares a las leyes sobre el trabajo infantil.
La derogación de estas leyes expondría a los niños a una serie de peligros. Los niños más pequeños podrían verse obligados a trabajar en condiciones peligrosas, perdiendo su educación y poniendo en riesgo su salud física y mental, mientras que los niños mayores pueden trabajar muchas horas por un salario bajo, dejándoles poco tiempo para perseguir sus intereses o desarrollar habilidades importantes para la vida.
El punto es que la derogación de la legislación sobre trabajo infantil tendría graves consecuencias, no sólo para los niños afectados, sino para la sociedad en su conjunto. El trabajo infantil está vinculado a la pobreza, la desigualdad y el malestar social. Al proteger a los niños de la explotación, estamos invirtiendo en un futuro mejor para todos.
Envíe ahora mismo un mensaje a su gobernador y únase a nosotros para presentar argumentos claros y convincentes contra cualquier intento de derogar la legislación sobre trabajo infantil.
Su mensaje puede ayudar a garantizar que estas leyes sigan en vigor, protegiendo a los niños y promoviendo un futuro mejor para todos.
– Amanda
Amanda Ford, Directora
Democracia para América
Fondo de Defensa
