Este artículo fue publicado originalmente por Common Dreams el 24 de mayo de 2023 y se accedió desde el sitio web de People’s Tribune.
No hay dinero para las necesidades de la gente, pero mucho para el gasto militar
Mientras los Estados Unidos se precipita hacia un posible incumplimiento histórico de la deuda, un informe publicado el miércoles destaca que la mayoría de los fondos discrecionales federales de este año se utilizaron para programas militarizados, al tiempo que insta al gobierno de EE. UU. a volver a priorizar el gasto para atender las necesidades humanas en lugar de la mecanismos y maquinaria de la violencia.
El informe, titulado The Warfare State: How Funding for Militarism Compromises Our Welfare, fue publicado por el Proyecto de Prioridades Nacionales (NPP) del Instituto de Estudios Políticos, que tiene como objetivo inspirar a las personas y los movimientos “a tomar medidas para que nuestros recursos federales den prioridad a la paz, prosperidad compartida y seguridad económica para todos”.
“La economía de nuestro país se enfrenta a una grave amenaza de los llamados ‘conservadores fiscales’, incluida la actual mayoría republicana en la Cámara de Representantes, que han recurrido a peligrosas políticas arriesgadas para forzar profundos recortes en el presupuesto federal discrecional”, afirma el informe, refiriéndose a lo que los críticos y incluso un republicano del Congreso ha llamado “toma de rehenes” sobre el techo de la deuda.
“El presupuesto discrecional contiene el presupuesto del Pentágono, así como una serie de otras partidas ampliamente militarizadas, incluidas las armas nucleares, la aplicación federal de inmigración, la aplicación de la ley, las prisiones, etc.”, continúa el documento. “Ese mismo presupuesto también alberga la mayoría de los programas sociales fuera del Seguro Social, Medicare, Medicaid y [el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria]. Incluye programas federales de empleo, educación, investigación científica y similares”.
NUEVO: Del presupuesto federal discrecional de $1.8 billones en el año fiscal 2023, el 62% se utilizó para programas militarizados. Eso deja menos de $2 en $5 para invertir en comunidades. La investigación de nuestro equipo de @natpriorities expone el alcance total del gasto militarizado hoy:
“La parte militarizada de este presupuesto es, con mucho, su componente individual más grande”, destaca el informe. “Y, sin embargo, los mismos legisladores que exigen miles de millones en ahorros discrecionales han prometido eximir ese gasto militarizado de cualquier recorte. En cambio, se han centrado en la porción mucho más pequeña que financia las necesidades humanas y comunitarias para recortes aún más profundos”.
Para el año fiscal 2023, esa porción militarizada asciende a $1.1 billones, o el 62% del presupuesto discrecional federal de $1.8 billones. Eso deja menos del 40% de los fondos para inversiones en necesidades humanas como vivienda, educación, programas de cuidado infantil, socorro en casos de desastre, medio ambiente e investigación científica.
En marzo, el presidente Joe Biden envió al Congreso un proyecto de presupuesto solicitando $886.4 billones para el ejército para el año fiscal 2024, un aumento de casi $30 billones de la asignación actual del Pentágono.
“Cuando invertimos tanto en militarismo en el país y en el extranjero, privamos a nuestras propias comunidades y personas de soluciones a problemas que plantean amenazas inmediatas a la seguridad”, dijo en un comunicado la directora del programa NPP y coautora del informe, Lindsay Koshgarian.
“No financiamos programas para acabar con la pobreza, proporcionar viviendas asequibles, reforzar la educación pública y proteger el aire y el agua limpios bajo nuestro riesgo”, agregó Koshgarian. “El gasto en militarismo ocupa la mayor parte del presupuesto discrecional federal y ha crecido más rápido que todos los demás gastos. Si mantenemos estos patrones, nos precipitamos hacia un futuro en el que no podemos permitirnos lo básico de una sociedad civilizada”.
NPP insta al gobierno de EE. UU. a:
- Reducir inmediatamente el presupuesto para el Pentágono y reinvertir los ahorros en prioridades discrecionales no militarizadas;
- Hacer que cualquier aumento futuro de los gastos del Pentágono dependa de que el Departamento de Defensa apruebe una auditoría;
- Aumentar la supervisión del Congreso para dificultar que Estados Unidos vaya a la guerra;
- Reestructurar el sistema de inmigración del país para apoyar una inmigración legal sólida y residentes indocumentados actuales; y
- Poner fin al apoyo federal a las prácticas carcelarias y policiales racistas y contraproducentes, incluida la Guerra contra las Drogas.
“Seguimos escuchando que nuestro gobierno no puede permitirse cosas bonitas, o cosas necesarias, para todos. Y, sin embargo, el gasto militarizado en los EE. UU. casi se ha duplicado en las últimas dos décadas, y el presupuesto militar ahora se acerca a su punto más alto desde la Segunda Guerra Mundial”, dijo Ashik Siddique, analista de investigación de NPP y coautor del nuevo informe.
“Todo esto sirve a las ganancias de unos pocos ricos especuladores de la guerra, a expensas de todos los demás”, agregó Siddique. “Mientras tanto, los bienes públicos que nos benefician a todos están bajo ataque. Por una fracción del costo del militarismo estadounidense desde 2001, podríamos haber terminado con la falta de vivienda en este país o haber invertido en una red eléctrica nacional totalmente renovable para ayudar a abordar la crisis climática. Un mundo mejor es posible, si construimos el poder que necesitamos para hacerlo realidad”.
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