En honor a que abril es el mes Nacional de la Poesía, el Tribuno les trae un poema de Jesús Nicasio, que habla de la experiencia de estar encarcelado. Si desea escribir a Jesús, deje un comentario a continuación y podemos conectarlo.
Estoy rodeado de almas perdidas, encerrado en un lugar lleno de promesas vacías.
Una cruz cuelga alrededor de mi cuello
Reflejando su escudo de luz para repeler el mal.
Como un chaleco de hierro que me mantiene vivo de este naufragio.
El mundo entero, incluyéndome a mí, sabe que tiré mi vida al océano de fuego.
Las llamas a su paso, todo lo devoró.
Problemas tras problemas, alimentando a mi demonio interior con oscuridad.
Pegándose a mi cuerpo como una mosca, que hizo girar mi vida fuera de control con un chasquido de dedos.
Negocié mi espíritu con los dos mejores postores y aún así nada mejoraba.
Haciendo mi corazón aún más frío y amargo.
La guerra aún no ha terminado, esto no es el fondo.
He estado en el infierno y he vuelto, todavía tengo pocas cicatrices en cuerpo y alma que lo demuestren.
El enemigo me quiere derrotado.
Sin saber que vengo de una línea de guerreros de élite.
Luchando junto a mí para poder recuperar mis galones
Y finalmente puedo volver a casa y nunca mirar atrás.
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