El 9 de octubre, una grabación de audio filtrada del Concejo Municipal de Los Ángeles sería noticia en todo el país, lo que llevó al presidente Joe Biden a pedir la renuncia de los líderes del Partido Demócrata involucrados solo unas semanas antes de una importante elección de mitad de período.
La presidenta del consejo, Nury Martínez, el concejal Kevin de León, el exconcejal Gil Cedillo y el presidente de la Federación Laboral del Condado de Los Ángeles, Ron Herrera, fueron los cuatro miembros del partido involucrados en lo que ahora se llama un “escándalo”.
Grabado en octubre de 2021, estos cuatro líderes se reunieron para discutir la redistribución de distritos y mantener su poder de voto sobre los “distritos latinos”, mientras hacían comentarios dañinos y racistas hacia los negros e indígenas. Esta grabación y escándalo reveló un problema histórico que ha afectado a las ciudades de Estados Unidos desde la era de la segregación. Lo único que ha cambiado desde entonces es la forma en que la clase dominante ha utilizado la política de identidad, lo mismo que nos unió durante la era de los Derechos Civiles, para enfrentar a los grupos raciales entre sí.
Después de hablar con Steve Teixeira, un veterano de la era de los Derechos Civiles, está más claro que nunca que “esto no es un escándalo de la ciudad, sino una crisis”. Una crisis para los afectados por la desigualdad y una crisis para los que quieren mantener el control sobre nosotros. Nos estamos acercando a un futuro que ya no satisface las necesidades básicas de nadie, por lo que ahora es más importante que nunca que la clase dominante convierta a nuestros supuestos líderes, personas que hablan como nosotros y se parecen a nosotros, para mantenernos en línea. Pero, como explica Teixeira, ya pasaron los días de los “sobornos sociales”, y cada vez es más difícil para la clase dominante enfrentar a las personas cuando no se satisfacen las necesidades de nadie: vivienda, atención médica, trabajos, etc.
Están utilizando a nuestros supuestos líderes para dividirnos en función de la raza y cambiar nuestro enfoque de nuestras luchas comunes para convertir las políticas de identidad en armas. A pesar de sus esfuerzos, la gente se está cansando de los líderes que usan la identidad como una forma de dañar en lugar de lidiar con el problema de la desigualdad. Sin embargo, esto no significa que debamos ignorar la identidad por completo, sino más bien “permitir que nuestras necesidades guíen y dejar que nuestras identidades lo alimenten”, como establece Teixeira. Solo entonces podremos comenzar a ver el panorama general: todos estamos en crisis y debemos unirnos para solucionar la falta de derechos humanos básicos.
Ahora que se acercan las elecciones, la gente siente la traición de sus líderes y de su propio partido, y se pregunta a dónde vamos desde aquí. A pesar de los horribles eventos que ocurrieron en la ciudad de Los Ángeles, y que probablemente estén sucediendo a puertas cerradas en ciudades de todo Estados Unidos, la esperanza no está perdida. Steve Teixeira señala que hay una salida a esta crisis. Lo vimos durante las elecciones primarias de California que se llevaron a cabo el 7 de junio, cuando la activista comunitaria y candidata por primera vez, Eunisses Hernandez, derrotó al titular de mucho tiempo, Gil Cedillo, en la carrera por el Distrito 1. Hernandez pudo ver el panorama general, que todos estamos necesitados. Supo hacer que todos se sintieran incluidos en su lucha por la igualdad, algo que Cedillo no logró durante su mandato.
Necesitamos respaldar a los líderes que incluyen a todos en su lucha por las necesidades básicas. Por lo tanto, en esta temporada de elecciones mire a los líderes que se mantienen alejados del lenguaje divisivo o utilizan la política de identidad como arma para salir adelante. Es difícil confiar en alguien que hace tales promesas, pero también tenemos el poder de hacer que estos líderes rindan cuentas. Lo vimos durante la carrera entre Hernandez vs Cedillo.
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