Nota del editor: El siguiente artículo fue escrito por Ximena Tobón, una de las primeras pasantes de verano del Tribuno.
El presidente Donald Trump ha declarado en múltiples ocasiones que la “invasión” de migrantes a los Estados Unidos está acabando con Medicaid y Seguro Social. Lo que no comparte con el público es que sólo un grupo selecto de inmigrantes “calificados” tienen acceso a esos servicios, dejando a la mayoría de la comunidad indocumentada sin acceso a la atención médica básica.
Los inmigrantes indocumentados pagaron casi 100 mil millones de dólares en impuestos en el 2022, con $25.7 mil millones destinados al Seguro Social y $6.4 mil millones a Medicare. Ayudando a financiar programas a los que probablemente nunca tendrán acceso.
Bajo la Ley de Tratamiento Médico de Emergencia y Trabajo de Parto de 1986 (EMTALA) todas las personas en los Estados Unidos, independientemente de su estatus migratorio, tienen derecho a un examen médico, recibir tratamiento hasta su estabilización médica y deben ser transferidos para recibir atención adicional si es necesaria. Sin embargo, en 1996, la introducción de la Ley Federal de Responsabilidad Personal y Oportunidad Laboral (PRWORA) les quitó a los inmigrantes el acceso a servicios públicos financiados por el gobierno federal, como atención médica, jubilación, asistencia social, vivienda y más. Dejando a la comunidad indocumentada con los servicios de emergencia como el único derecho a la salud en EE. UU.
Debido al miedo a revelar su estatus migratorio, ser catalogados como una “carga pública” o a la falta de información, muchos inmigrantes indocumentados esperan para buscar atención médica, poniendo en riesgo su salud y la de sus comunidades. La retórica contra inmigrantes en nuestra sociedad y sus instituciones hacen que queden en las sobras los servicios disponibles a nivel estatal o local. Aunque existen diferencias sustanciales entre estados, aun estados republicanos como Texas ofrecen programas para garantizar la salud pública de sus comunidades, incluyendo a los inmigrantes indocumentados.
Texas, conocido por sus estrictas políticas anti inmigratorias, tiene aproximadamente 1.7 millones de inmigrantes indocumentados. Aunque existen leyes como SB4 que hacen que ser indocumentado un delito estatal, también existen programas que ayudan a quienes no pueden acceder a los servicios federales.
- Medicaid de emergencia de Texas paga la atención de emergencia para aquellos que cumplen con los requisitos del Ingreso de Seguridad Suplementario (SSI), excepto su estatus migratorio.
- El Programa de Atención Médica para Indigentes del Condado permite a los residentes de Texas de bajos ingresos acceder a exámenes médicos, vacunas, análisis de laboratorio, radiología y más. El programa, administrado por los condados de Texas, está disponible en más de 200 clínicas para quienes no son elegibles para Medicaid, tienen un nivel de ingresos igual o inferior al 21 % del nivel federal de pobreza, viven en el estado y cuentan con menos de $2,000 en recursos.
- El Programa de Seguro Médico para Niños (Programa Perinatal) permite que las mujeres embarazadas, independientemente de su estatus migratorio, reciban atención médica. Debido a su ciudadanía por nacimiento, se trata de atención médica para su hijo Estadounidense a través del estado. Cubre la atención prenatal, el parto y el posparto.
- El Programa de Planificación Familiar del Título X ofrece servicios de anticoncepción, servicios básicos de infertilidad, pruebas y tratamiento de infecciones de transmisión sexual, detección de cáncer de mama y de cuello uterino, y más. Los servicios se pagan con una escala móvil de tarifas y no se requiere ciudadanía.
- Título V Programa de Pago por Servicios de Salud Materna e Infantil permite que mujeres embarazadas y niños de bajos ingresos, desde su nacimiento hasta los 21 años, reciban servicios médicos y dentales. Sin importar su estatus migratorio, los residentes de Texas con un nivel de ingresos igual o inferior al 185% del límite federal de pobreza pueden solicitar atención médica.
Aunque limitados, los servicios de salud para inmigrantes indocumentados son esenciales para la salud pública de los Estados Unidos. Es necesario que la gente combata la desinformación, ya que la hostilidad hacia los inmigrantes indocumentados crea desigualdad en la salud que afecta a todos. Nadie debería tener que esperar hasta una emergencia de vida o muerte para acceder al derecho humano fundamental de la salud.
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