Nota del editor: El siguiente artículo fue escrito originalmente por Ximena Tobón, una de las primeras becarias de verano del Tribuno.
El 4 de julio, un clima imprevisto golpeó el Hill Country de Texas causando inundaciones mortales en el condado de Kerr y áreas circundantes. Meses de lluvia cayeron en horas lo que provocó que el río Guadalupe creciera más de 11 metros en plena noche. Aunque a la 1 a.m. se emitieron las alarmas de “inundación repentina potencialmente mortal”, por las 5 a.m. el río se había desbordado, arrasando casas, autos y cabañas. Casi dos semanas después, más de 160 personas siguen desaparecidas y 130 han sido encontradas muertas. De las víctimas, 27 eran niñas de entre 8 y 17 años que asistían Camp Mystic, un campamento de verano cristiano para niñas.
Las inundaciones se consideraron el peor escenario posible, lo que generó incertidumbre sobre cómo las autoridades manejaron la situación y sus consecuencias. Debido a los recortes federales del presidente Trump, el meteorólogo coordinador de alertas se jubiló anticipadamente en abril dejando vacante la oficina de pronóstico del Servicio Nacional de San Antonio/Austin. El puesto se encarga de garantizar la comunicación y coordinación de la información meteorológica con los funcionarios de gestión de emergencias y con el público. Algunos creen que si seguía alguien en el puesto se podrían haber evitado las altas tasas de desaparecidos y fallecidos. Mientras que las autoridades afirman que no habría supuesto ninguna diferencia, ya que hubo un intervalo de tres horas entre la primera alerta y el pico de inundación.
Todas las advertencias fueron enviadas por teléfono, pero muchas personas no las recibieron ya que optaron por no recibir notificaciones y áreas del condado de Kerr como Hunt, Texas, tienen un servicio celular inestable. En Camp Mystic no se permitían teléfonos ni ningún otro dispositivo similar, y los campistas y los monitores debían entregarlos. Eso hizo que las alarmas de inundación fueran ineficaces para advertir a la gente del aumento del nivel del agua.
Las sirenas de inundación, otro tipo de sistema de alerta, no se han instalado en el condado de Kerr debido a la falta de financiación estatal y la polarización política. En el 2017, 2018 y 2024 el estado de Texas denegó las solicitudes para un sistema de alerta por no cumplir con los requisitos y para enfocarse en las zonas afectadas por el huracán Harvey. Sin embargo, en el 2021, el condado recibió $10.2 millones de la Ley del Plan de Rescate Estadounidense, que podrían utilizar para la infraestructura relacionada con tormentas. Con el dinero proveniente de la administración Biden, los electores republicanos pidieron su devolución a “el gobierno comunista más criminal y traidor que jamás haya ocupado la Casa Blanca”. No está claro si los electores sabían cómo se utilizarían los fondos federales, pero la tragedia del 4 de julio ha obligado a la legislatura de Texas a utilizar fondos estatales para instalar sirenas el próximo año.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, respondió a quienes criticaron al estado en la prevención de las inundaciones mortales comparando la situación con un mal partido de fútbol Americano. “La elección de palabras es de los perdedores” y “todo equipo de fútbol comete errores” pero Texas tiene que asegurarse de anotar nuevamente y ganar el juego. El Presidente Trump, quien, durante los incendios forestales de California, criticó a los demócratas locales y condenó a la administración del expresidente Biden por su respuesta al huracán en Carolina del Norte, ha dicho que no hay nadie a quien culpar y ofreció su apoyo al estado. Los elogios mutuos entre el presidente y el gobernador continúan, incluso después de que los equipos de búsqueda y rescate urbano de FEMA llegaron más de 72 horas después de que comenzaran las inundaciones. Demostrando cómo “El partido gobernante supuestamente “pro vida”… elige sistemáticamente ignorar y socavar los sistemas que protegen la vida humana”.
Durante la espera para FEMA, “FEMA de Texas” o HEB llegó el 5 de julio con suministros de socorro. La tienda de comestibles texana, fundada en Kerrville, un pueblo del condado de Kerr, ha declarado que está trabajando en colaboración con la Cruz Roja, las autoridades locales y los servicios de emergencia, proporcionando millones de dólares en ayuda e instalando cocinas móviles. Desde el otro lado de la frontera, también llegaron voluntarios Mexicanos para ayudar en las labores de búsqueda, incluyendo el equipo de búsqueda y rescate de la Protección Civil y bomberos voluntarios de la Fundación 911 y Los Topos el equipo de rescate voluntario. Mientras en un estado con estrictas políticas anti inmigratorias y discurso social, los voluntarios Mexicanos afirmaron que no ven colores ni fronteras, ya que sienten empatía y humanismo por los residentes desaparecidos de Texas.
Es probable que la búsqueda de personas desaparecidas continúe durante los próximos 6 meses ya que las inundaciones repentinas en la zona han continuado y hay toneladas de escombros que retirar. El “Callejón de las Inundaciones Repentinas” en el centro de Texas ha visto “inundaciones de 100 años” recientemente debido al cambio climático. Mientras Texas trabaja en su reconstrucción, el público verá si se implementan nuevas políticas y sistemas de alerta para salvar vidas en la próxima inundación.
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