A finales de abril, en lo que muchos consideraron una movida sorpresiva, un jurado de Minnesota, declaró culpable al anterior oficial de policía, Derek Chauvin, de los tres delitos de asesinato y homicidio imprudente en la matanza sadística de George Floyd en mayo 2020.
La decisión fue merecidamente celebrada en las calles como una victoria del pueblo. Pero al mismo tiempo, muchas personas tenían el sentido que la lucha por la justicia está lejos de terminar, y que todos tenemos que seguir luchando en contra del ascenso de un estado policiaco–una sociedad donde cada esfuerzo hecho por la gente para mejorar sus vidas puede ser violentamente reprimida.
Los fiscales intentaron representar a Chauvin como una excepción – “una manzana podrida”. La verdad es que es una aberración cuando un policía es declarado culpable – no los asesinatos de civiles por la policía.
De 2013 hasta 2019, entre 7,666 oficiales acusados, solamente 25 policías que asesinaron civiles, fueron condenados por un crimen. En el 99% de los casos no hubo ningún cargo contra ellos. Las personas están demandando un sistema donde esto no vuelva a pasar jamás.
Para obtener el cambio sistemático que millones de nosotros necesitamos, tenemos que tratar con la raíz del problema. Desde su principio, la vigilancia policial en este país ha sido diseñada para mantener el control firmemente en manos de los ricos. Especificamente, la vigilancia policial en norte america comenzó como parte inseparable de la preservacion del sistema de esclavitud. Podemos hacer una conexión directa entre los horrores de la era pre-guerra civil a la era moderna. En el sur, las patrullas que vigilaban a los esclavos fueron utilizadas para detener a los esclavos fugitivos. En el norte, los predecesores de la policía se enfocaron en reprimir cualquier rebelión o huelga por parte de los obreros libres.
Los activistas enfatizaron el punto que los departamentos de policía son los descendientes de las patrullas vigiladoras de esclavos, e hicieron un llamado para desfinanciar la policía, después de los asesinatos policiales de Alton Sterling y Philando Castile en 2016. Los líderes comunitarios señalan que los departamentos de policía absorben entre 25% a 50% de los fondos generales de muchas ciudades estadounidenses. Por ejemplo, en Baltimore, por cada dólar que recibe la policía, las escuelas reciben 55 centavos. ( Los programas de empleo reciben 5 centavos, mientras los programas de abuso de sustancias, salud mental, y prevención de violencia reciben solo un centavo cada uno.) La gente está demandando desfinanciar la policía y refinanciar nuestras comunidades. Esto significa quitar dinero de este sistema que está fallando y distribuir el dinero donde puede tener éxito, construyendo una seguridad pública duradera y una economía para todos, con la finalidad de abolir la policía.
Algunos quizás vean esa meta final como improbable. Hace un año, muchos lo hubieran considerado poco probable que 26 millones de personas se levantaran en protesta del asesinato de un hombre negro desconocido nombrado Geroge Floyd. Sin embargo lo hicieron. Y este movimiento masivo de personas indignadas mostraron su poder cuando Derek Chauvin fue sacado de la sala esposado. El desarrollo de este movimiento muestra que la gente tiene el poder de demandar que los recursos de este país sean usados para construir una nueva sociedad que cuide de su gente, en lugar de pagar la represión. Podemos, y tenemos que quitarle fondos y abolir el complejo de prisión-industrial. Podemos parar el ascenso de un estado policiaco. Nos toca a todos crear un futuro nuevo.
El pueblo tiene el poder de exigir que los recursos se utilicen para construir una nueva sociedad que se preocupe por su gente, en lugar de la represión.
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