En agosto, vimos a 4,3 millones de trabajadores estadounidenses, casi el 3 por ciento de toda la fuerza laboral estadounidense, renunciar a sus trabajos, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Desde principios de 2021, siete millones de trabajadores han dejado sus puestos de trabajo.
Octubre ha estado marcado por una ola de huelgas (o casi huelgas) que involucran a miles de trabajadores en todo el país, incluidos John Deere, Nabisco, Kellogg, así como trabajadores de destilería en Kentucky y 60,000 miembros de IATSE (International Alliance of Teathrical Stage Engineers). Esta es una tendencia que comenzó años antes de la pandemia.
Economistas, líderes sindicales y expertos luchan por explicar “los nuevos fenómenos” y liderar este movimiento. Claramente hay tantas razones como individuos que actúan dejando sus trabajos o participando en actividades colectivas, ya sea que estén organizadas por organizaciones existentes o no.
Todo el mundo quiere atribuir este “nuevo” movimiento a sus esfuerzos organizativos. La pandemia elevó a un nivel superior las condiciones personales y objetivas en las que los trabajadores viven y trabajan bajo el sistema capitalista. Una tendencia creciente de resistencia a esas condiciones se ha incrementado en las últimas décadas.
Los trabajadores (especialmente los trabajadores “esenciales”) se han vuelto muy conscientes de sus condiciones de trabajo y de su valor desde el punto de vista de las corporaciones y del sistema. Los trabajadores se han vuelto profundamente conscientes del valor que tienen las vidas de sus abuelos, padres y familias en sus comunidades. Ellos reconocen que nadie los cuidará ni a ellos ni a sus hijos sino ellos mismos. Los trabajadores perdieron cientos de miles de sus familiares y amigos en un sistema que no estaba preparado para protegerlos.
Esto puede acelerar la creciente conciencia de nuestra identidad de clase.
La batalla para articular las demandas de estos movimientos y dar forma a la visión y el programa del movimiento más amplio de la clase trabajadora sigue aumentando en intensidad. ¡En hora buena!
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