El siguiente artículo fue publicado originalmente por Myrna Martinez Nateras en Alianza Comunitaria de Fresno el 1 de abril.
El 2024 será un año histórico para la democracia a nivel global. De acuerdo a la organización CHEQUEANDO, este año será, por curiosa coincidencia, un año electoral para cerca de cien países que incluye Asia, África y Europa.
El hecho que marcará la historia electoral en México es que por primera vez una mujer ocupará el más alto mando del poder ejecutivo. Tener por primera vez a una mujer presidenta será un paso más en la historia política de México, un paso más para avanzar hacia una democracia más amplia que dio inicio en el año 2000 cuando por primera vez el Partido Revolucionario Institucional (PRI) dejó la presidencia después de gobernar por 70 años consecutivos.
Al margen de lo significativo que México tenga por primera vez a una mujer presidenta, esto no es una garantía de avance democrático completo tal como lo vimos en el año 2000, en que fue simplemente un cambio de partido con políticas similares a las del PRI. Entonces, asumió la presidencia Vicente Fox Quesada, del Partido de Acción Nacional (PAN).
Las dos mujeres candidatas a la presidencia son la Doctora Claudia Sheinbaum Prado, del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y Xóchitl Gálvez, de la alianza “Fuerza y Corazón por México”, una coalición formada por el PRI, PAN y PRD. Hay un tercer candidato, a quien las encuestas le dan nulas posibilidades de ganar, Jorge Alvarez Máynez, del Movimiento Ciudadano (MC).
Si bien el triunfo de cualquiera de estas dos candidatas será histórico, este será un verdadero avance democrático según quién de estas dos mujeres sea elegida, ya que la agenda política de las candidatas, así como la trayectoria de ambas, es significativamente distinta.
La Doctora Claudia Sheinbaum Prado, científica y ex-jefa de gobierno de la Ciudad de México (2018-2023) propone la atención a las causas de la violencia que afecta a México, Consolidación de la Guardia Nacional, Fortalecimiento de la inteligencia e investigación, Reforma del poder judicial, aumento de los planes de apoyo social y becas de estudio, independencia energética del país, y más.
Por su parte, Xóchitl Gálvez, una empresaria que durante el gobierno de Vicente Fox fue una funcionaria pública que obtuvo jugosos contratos con el gobierno gracias a su puesto, representa un sistema político anquilosado, conservador y más de lo mismo. Por ejemplo, propone la construcción de una mega cárcel y no plantea el rompimiento de las desigualdades e inequidades económicas y sociales. Asimismo, propone el cierre de dos refinerías con un propósito confuso y vouchers para escuelas privadas en lugar de fortalecer la educación pública mejorando las infraestructuras, elevando el sistema educativo y ofreciendo salarios más dignos a los maestros. También propone quitar el apoyo económico de manera selectiva a personas de la tercera edad, iniciativa que implementó el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Para los y las ciudadanas mexicanas que radicamos en Fresno el hecho histórico de estas elecciones es que por primera vez podremos votar en las oficinas del Consulado de México. De esto me enteré en febrero de este año cuando fui a renovar mi credencial para votar. Como nunca antes y para mi gran sorpresa, la cónsul titular salió a dirigirse a quienes estábamos en la sala de espera a invitarnos a sacar la credencial de elector y anunciar que por primera vez habrá casillas electorales en las oficinas del consulado.
Este no es un acontecimiento casual sino el avance en una larga lucha por la defensa de los derechos políticos de los mexicanos que radicamos en el extranjero. Hay antecedentes de este movimiento desde al menos 1917, cuando inmigrantes mexicanos promovían boletas para votar por Venustiano Carranza.
Tuvieron que pasar casi cien años de esfuerzos organizativos de base, debates académicos y políticos para que esto se lograra. En el 2006 el gobierno de México finalmente reconoció los derechos políticos de los inmigrantes y estableció mecanismos legales para instaurar el voto de los ciudadanos mexicanos en el extranjero. Pero esos mecanismos no han sido del todo efectivo aunque podemos notar mejorías.
Este proceso ha tenido varios momentos. En 1988 vimos los primeros esfuerzos de cambio político con la candidatura del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas a la presidencia por el Frente Democrático Nacional, una corriente opositora a las rancias políticas del PRI, de donde luego surgiría el Partido de la Revolución Democrática (PRD). En ese momento histórico un grupo de mexicanos nos organizamos para promover el derecho al voto de los ciudadanos buscando un cambio político en México.
Ante la falta de mecanismos para votar desde Fresno, un grupo de inmigrantes mexicanos nos organizamos para convocar a una votación simbólica en las elecciones de 1988. De este esfuerzo de base participamos ciudadanos independientes y líderes comunitarios como Antonio Cortés, Rufino Domínguez, Filemón López, Ángel Noriega, Samuel Orozco, y otros.
Sin más recursos que nuestra propia voluntad realizamos una amplia convocatoria a participar de esta elección simbólica que tuvo lugar fuera del consulado de México en Fresno en urnas que construimos. Para nuestra sorpresa, aproximadamente más de 300 ciudadanos y ciudadanas mexicanos viajaron de Bakersfield, Merced, Madera y otras ciudades del valle de San Joaquín a depositar su voto simbólico y expresar su esperanza por un cambio en la historia política de México.
Los organizadores nos dimos a la tarea de contar los votos y hacer entrega de los resultados a la entonces Cónsul Titular, la Licenciada Diana Muñóz. Los resultados fueron notablemente en favor del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas—hubo solo un voto a favor del PRI—, a quien invitamos y recibimos en la ciudad de Fresno al año siguiente.
El derecho del voto de los mexicanos en el extranjero no se logró sin controversias. Según la revista electrónica LA VERDAD, en un debate sobre el tema en los 80s, el investigador Jorge Bustamante, entonces destacado académico en asuntos de migración, publicó un artículo en el que declara que los mexicanos en el extranjero no estábamos listos para el voto debido al bajo nivel de politización.
La persistencia de movimientos de base para ejercer los derechos políticos desde el extranjero ha mostrado lo contrario. La oposición a la participación de los inmigrantes en la vida política de sus países de origen argumenta injerencia en asuntos internos, falta de lealtad por el país de residencia, etc.
Los inmigrantes mexicanos salimos de nuestro país por diferentes razones, pero han sido principalmente razones políticas, económicas y geopolíticas las que han desplazado a un gran número de Mexicanos. Somos agentes político-binacionales, contribuimos a dos economías, dos culturas y dos sociedades.
Les invito a no perder su derecho a votar, el voto es único y secreto. Pueden elegir a la candidata de su preferencia. Pero para asegurar nuestra fuerza política ejerzamos un voto informado y no manipulado como ha ocurrido por décadas.
Nos vemos el 2 de junio en las afueras del consulado de México en Fresno.
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