El 18 de octubre de 2025, durante la Marcha Sin Reyes, el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, convocó a una huelga general, no solo a nivel de la ciudad, sino a nivel nacional. Sus comentarios se viralizaron en redes sociales y resonaron en diversos movimientos representativos.
Algunos se hicieron eco o redefinieron el significado de una huelga general hoy en día. Numerosas organizaciones e individuos han convocado una “huelga general” en diversos sectores industriales o laborales, como las negociaciones de la industria automotriz y las huelgas de 2023. Algunos sindicatos convocan huelgas para 2028 y han comenzado a coordinar la expiración de los contratos para que expiren al mismo tiempo. Se han producido numerosas huelgas conocidas como “huelgas generales” en Seattle, San Francisco, Minnesota y el sur de Estados Unidos, huelgas económicas que se extendieron.
En muchos países, históricamente ha habido huelgas generales que involucraron a más sectores, pero también huelgas nacionales que involucraron a la amplia clase de trabajadores empleados, desempleados, sindicalizados y no sindicalizados. Sin embargo, ¿qué impulsa el potencial y la necesidad de una huelga general en Estados Unidos hoy en día?
Una huelga general se hace necesaria cuando la alineación de las luchas económicas se eleva a luchas políticas que van más allá de la exigencia de reformas o concesiones, involucrando cada vez más a sectores más amplios de los gobernados.
Nuestra situación actual es que el presidente está cumpliendo la voluntad de los ricos y las corporaciones, incluyendo las nuevas tecnologías, y sus demandas de transferir la riqueza de la atención a las necesidades de los trabajadores en medio de una transición económica y una transformación social. Son Trump y una clase (el uno por ciento) los que tienen intereses y necesidades diametralmente opuestos, y están utilizando las instituciones estatales y gubernamentales para reorganizar la economía, mantener y aumentar sus ganancias y controlar una fuerza laboral más rebelde
¿Qué significa esto en la práctica en nuestras vidas?
Las corrientes de lucha para defender nuestro nivel de vida y nuestros derechos constitucionales constituyen nuestro “contrato social” que hemos llegado a conocer y esperar. Procesos democráticos básicos: elecciones, inmigración, debido proceso establecido con base en reformas y concesiones mediante la lucha; los derechos civiles, sindicales, electorales y otras protecciones han sido arrebatados unilateralmente. Tras décadas de lucha, se están perdiendo la atención médica, el salario mínimo, la vivienda, la asequibilidad, la educación y el cuidado infantil, en esencia, las necesidades básicas de la vida.
Estas corrientes históricas de lucha se están fusionando en un vasto río de resistencia que se transforma en un amplio conjunto de demandas políticas. Una huelga general que enfrenta a una clase con intereses (y demandas) contra otra clase que está violando lo que sabemos que es la forma de generar cambios en el país.
No necesitamos simplemente una convocatoria. Necesitamos que la gente entienda cuál es el siguiente paso en la lucha. Una huelga general para detener de inmediato lo que la clase dominante (y Trump y compañía) intentan hacer y presentar un conjunto de demandas para comenzar a resolver las necesidades económicas de una creciente masa de personas empobrecidas y establecer la infraestructura necesaria para evitar que esto vuelva a suceder.
Frederick Douglass, destacado abolicionista y defensor de los derechos civiles, pronunció esta contundente declaración durante su discurso sobre la “Emancipación de las Indias Occidentales” en 1857. En este discurso, destacó la importancia de la lucha para alcanzar el progreso y la libertad. Douglass argumentó que, sin una reivindicación de derechos y justicia, es improbable que quienes ostentan el poder renuncien a su control o hagan concesiones.
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