Aunque nos cayó de sorpresa la llegada de unos 15,000 inmigrantes haitianos a Acuña, Mexico, al otro lado de Del Rio, Texas, debemos tener en cuenta que más de ellos están en camino.
Esto no se trata de la llegada de haitianos a nuestra frontera sureña. Pero si se trata de nuestra historia perturbadora de políticas externas equivocadas y las prácticas que han dejado a Haití en el caos.
Nadie quiere dejar su país buscando la sobrevivencia en otros países. Pero ya sabemos que las personas hacen lo que sea necesario para sobrevivir.
Parece ser que por años los haitianos han intentado ir no solo a los EEUU sino a otros países de América Latina también. El terremoto de 2010 coincidió con la necesidad de mano de obra barata que tuvo Brasil para instalar los edificios de las Olimpiadas. Miles de haitianos desesperados huyeron del panorama haitiano encontrando trabajo en Brasil…y después siguieron a Chile y otros países que explotaron estos inmigrantes tan trabajadores.
Cuando tomó efecto la pandemia, junto con el cambio climático y la caída de la economía, estas múltiples crisis alimentaron las actitudes racistas que finalmente resultaron en la pérdida de trabajo y la presión para salir en búsqueda de otras oportunidades. Tambien el terremoto mas reciente y el asesinato del presidente haitiano dieron lugar a que los haitianos escaparan de su pais, con frecuencia hacia Bolivia.
Con una nueva administración en la Casa Blanca, los rumores de políticas de immigracion y asilo más humanas, junto con el olfato de los coyotes de otra oportunidad para explotar estos sueños y esperanzas embellecidas, condujo la corriente migratoria haitiana hacia el norte.
En el trabajo de mi esposo y yo en los últimos tres años en Tijuana, yo he descubierto inmigrantes de múltiples países incluyendo los haitianos. Cuando los haitianos no pudieron obtener asilo y fueron regresados a Tijuana, ellos decidieron establecerse, montar negocios y poner a sus hijos en la escuela. En entrevistas que hizo mi esposo con empleadores y administradores de refugios, los haitianos fueron destacados como un buen ejemplo de las poblaciones inmigrantes. Escuchamos con frecuencia las buenas experiencias que la gente tuvo con los inmigrantes haitianos.
Cuando primero supe de los haitianos estableciéndose en Tijuana había un relato sobre una mujer mexicana que es dueña de un restaurante pequeño. Ella se dio cuenta de los muchos obreros haitianos pasando hambre y decidió aprender a cocinar unos platos típicos haitianos. Cuando los obreros tenían poco dinero o estaban sin dinero, ella los alimentaba gratuitamente. Hoy en día, ella sigue proveyendo servicio a sus clientes haitianos, quienes ahora son clientes regulares en su restaurante.
A principios de septiembre de 2021, decenas de autobuses llenos de haitianos comenzaron a llegar a Acuña diariamente. Acuña, este pequeño pueblo mexicano fue sobresaturado por la cantidad de autobuses llegando y dejando a estas personas en la calle. Rápidamente tomó forma un albergue de refugiados debajo del puente.
La respuesta de parte de ambos gobiernos fronterizos fue poco adecuada. Entre los adultos estaban también niños que habían nacido en otros países de América Latina en el transcurso de la ruta migratoria y como resultado, no eran ni siquiera ciudadanos de Haití.
La manera en que ellos llegan a Acuña abre la puerta al soborno y la extorsión. ¿Nos sorprende esto? Podemos ver lo fácil que es para los carteles de narcotraficantes transportar drogas a los EEUU con sobornos altos de dólares en el camino.
En el momento que redactamos este artículo se reporta que miles más haitianos vienen en rumbo a El Norte, congregando en Colombia para hacer su travesía por Darién, Panamá. Esta sección de 100 millas de selva impenetrable, entre Centro y Sudamérica se llama la Provincia de Darién. No existen carreteras que cruzan la selva, solo andenes para andar a pie y pequeños transbordadores y barcos.
Nos relatan que este sistema de transbordadores lleva estos inmigrantes por parte del camino y entonces los transfieren a barcos más chicos operados por los contrabandistas que les venden a estas almas migrantes bolsas plásticas impermeables para proteger sus teléfonos y otros documentos. También ofrecen acceso al internet por $50 por hora.
El internet es la manera en que estos inmigrantes se comunican con sus coyotes y con sus familias quienes le pueden enviar dinero y también monitorear sus viajes.
Es una situación costosa en el cual los inmigrantes venden todo lo que tienen y con frecuencia quedan endeudados con los traficantes quienes pueden ser despiadados en sus esfuerzos para recuperar su dinero.
Es evidente que necesitamos una estrategia multilateral para tratar con la migracioón en las Américas que también pueda responder a la demanda para obra de mano aquí y toda la región. Es una idea equivocada pensar que esto se resuelve con la deportación.
Primero tenemos que ser más humanos e inteligentes en nuestra respuesta a esta realidad migratoción multilateral.
Es un error pensar que la deportación es la solución. Primero, debemos ser humanos e inteligentes al responder a esta nueva realidad de la migración multilateral.