La administración Biden nueva norma propuesta amenaza los derechos humanos en la frontera y supone una abdicación de la responsabilidad del gobierno de Estados Unidos en la comunidad mundial. La norma limita el asilo únicamente a las personas a las que se haya concedido permiso previo para venir a Estados Unidos, que puedan concertar una cita para presentarse en la frontera utilizando una aplicación en línea defectuosao que hayan solicitado asilo previamente en un tercer país por el que hayan viajado de camino a Estados Unidos. La norma socava el derecho a solicitar asilo y el derecho a ser igualdad de trato ante la ley de los migrantes más vulnerables en la frontera, incluidos los migrantes negros e indígenas, las personas que no tienen medios para acceder a la tecnología mientras viajan o las que tienen que abandonar inmediatamente sus hogares para proteger sus vidas y las de sus familias. La norma no hace nada para abordar la crisis humanitaria en la frontera causada por tres años de utilización de la pandemia de COVID como excusa para cerrar la frontera sur a las personas que buscan seguridad. Ignora los miles de casos denunciados de violencia de la que han sido víctimas solicitantes de asilo de todo el mundo mientras esperaban en México.
Este es el momento para que el presidente Biden muestre valentía y utilice su liderazgo para proponer soluciones reales, pero en lugar de eso está volviendo a las políticas peligrosas de la era Trump que socavan los los derechos humanos. Los residentes de la frontera quieren una nueva visión arraigada en la protección de los derechos humanos y la acogida de visitantes y recién llegados. Las personas que buscan seguridad en la frontera deben ser tratadas con dignidad y respeto, ser tratadas con igualdad ante la ley y tener la oportunidad de presentar su solicitud de un recurso de inmigración o humanitario. Esta es la obligación de Estados Unidos en virtud de la legislación nacional e internacional. Las comunidades y organizaciones fronterizas sobre el terreno están dispuestas a apoyar un sistema que acoja a las personas de forma digna, humana y eficaz.
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PLANTILLA DE COMENTARIOS:
La norma de asilo propuesta viola los derechos humanos de quienes se encuentran en la frontera, amenaza nuestros valores como país y socava las obligaciones internacionales de Estados Unidos. Las personas deben poder acceder a nuestro sistema de asilo independientemente de cómo entren, de sus medios económicos, de su forma de viajar o de su acceso a la tecnología. No se les debe obligar a solicitar asilo en tránsito hacia Estados Unidos, y menos en países donde también pueden sufrir daños. El fin del Título 42 -en sí mismo una política ilegal- no debe utilizarse como excusa para resucitar las prohibiciones categóricas de la era Trump sobre grupos de solicitantes de asilo.
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