Nota del editor: El siguiente artículo fue publicado originalmente por Jake Johnson en Common Dreams el 28 de abril de 2025.
“Es probable que cualquier dinero adicional inyectado en este sistema se desperdicie”, dijo un analista. “Los únicos beneficiados serán los contratistas de armas”.
Los republicanos del Congreso dieron a conocer el domingo un proyecto de ley que inyectaría 150.000 millones de dólares adicionales en el Pentágono, una maraña de despilfarro y especulación, durante la próxima década como parte de un amplio paquete de reconciliación que también se espera que incluya profundos recortes a Medicaid y exenciones fiscales para los ricos.
El Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, uno de los principales objetivos del cabildeo de la industria armamentística, dio a conocer el plan para lo que llamó “una inversión histórica de 150.000 millones de dólares para restaurar las capacidades militares de Estados Unidos y fortalecer nuestra defensa nacional”. El panel dijo que la legislación se desarrolló “en estrecha conjunción” con los republicanos del Senado y el presidente Donald Trump, quien busca por separado un presupuesto militar estadounidense de 1 billón de dólares para el próximo año fiscal.
La legislación dirigiría los nuevos fondos del Pentágono hacia una serie de iniciativas respaldadas por el presidente, incluido un sistema de defensa antimisiles “Golden Dome” que los expertos han calificado como un despilfarro masivo que podría beneficiar a Elon Musk.
El proyecto de ley, que está programado para ser revisado por el comité el martes, también incluye 4.500 millones de dólares para acelerar la producción del bombardero furtivo B-21, un avión fabricado por Northrop Grumman capaz de transportar armas nucleares.
William Hartung, investigador principal del Instituto Quincy para el Arte de Gobernar Responsable, dijo el domingo que el aumento del gasto del Pentágono propuesto por el Partido Republicano es “un ejemplo evidente de prioridades fuera de lugar”.
“Este no es el momento de tirar más dinero en una base de fabricación de armas que ya está al máximo”, dijo Hartung. “Es probable que cualquier dinero adicional que se inyecte en este sistema se desperdicie. Los únicos beneficiarios serán los contratistas de armas, que estarán encantados de aceptar los nuevos fondos, independientemente de que puedan utilizarlos eficazmente o no”.
“Dado que el Pentágono y su red de contratistas están teniendo dificultades para gastar bien los fondos existentes”, agregó Hartung, “el Congreso debería pensarlo dos veces antes de enviarles más dinero de los contribuyentes”.
La presión republicana para obtener fondos adicionales del Pentágono se produce en momentos en que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, enfrenta pedidos de renuncia por compartir planes para un ataque militar estadounidense contra Yemen en al menos dos chats grupales privados.
A principios de este mes, como informó Common Dreams, Hegseth respaldó el impulso de Trump para un presupuesto militar estadounidense de 1 billón de dólares, lo que marcaría el nivel más alto de gasto desde la Segunda Guerra Mundial.
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