Nota del editor: Reimpreso de Common Dreams. Véase el original en https://www.commondreams.org/news/supreme-court-solitary-confinement
“Su celda estaba mal ventilada, lo que provocaba un calor insoportable y olores nocivos. El espacio era también insalubre, a menudo cubierto de excrementos humanos”, continúa el voto particular. “Y como los funcionarios de Pontiac no proporcionaban productos de limpieza a Johnson a menos que los comprara en el economato, a menudo se veía obligado a limpiar esa suciedad con sus propias manos. A Johnson sólo se le permitía salir de su celda para ducharse una vez a la semana, durante 10 breves minutos”.
Los tres jueces liberales del Tribunal Supremo de Estados Unidos emitieron esta semana un mordaz disentimiento cuando la supermayoría derechista del tribunal rechazó la apelación de un recluso de Illinois con una enfermedad mental encarcelado en régimen de aislamiento sin acceso a aire fresco durante tres años seguidos.
El alto tribunal de la nación se negó a escuchar la apelación de Michael Johnson, un recluso del Centro Correccional de Pontiac, al noreste de Peoria, cuyos abogados argumentaron que estaba siendo sometido a un “castigo cruel e inusual” inconstitucional al ser privado de aire fresco y ejercicio al aire libre mientras soportaba condiciones horribles en una celda diminuta e inmunda.
El juez Ketanji Brown Jackson escribió en un voto particular al que se sumaron las juezas Sonia Sotomayor y Elena Kagan que durante tres años ininterrumpidos en régimen de aislamiento, “Johnson pasó casi todas las horas de su existencia en una celda sin ventanas y perpetuamente iluminada del tamaño de una plaza de aparcamiento”.
Según The New York Times:
El Sr. Johnson padecía lo que el sistema penitenciario reconoció como una profunda enfermedad mental. Violó innumerables normas de la prisión, desobedeciendo las órdenes de los guardias, escupiéndoles y dañando la propiedad.
Como castigo por esas infracciones, las autoridades penitenciarias le quitaron la hora de ejercicio que los presos en régimen de aislamiento solían tener cinco días a la semana, normalmente en una pequeña jaula protegida al aire libre.
“Cada restricción de patio se impuso por un período de entre 30 y 90 días, pero las restricciones se apilaron de tal manera que, en total, Johnson recibió más de tres años de restricciones de patio”, señala el voto particular de Jackson. “Los estrechos confines de la celda de Johnson le impedían hacer ejercicio allí. Así, durante tres años, Johnson no tuvo oportunidad alguna de estirar los miembros o respirar aire fresco.”
“Las consecuencias de un período tan prolongado de privación de ejercicio fueron previsiblemente graves”, añadió Jackson. “Más notablemente, el estado mental de Johnson se deterioró rápidamente. Sufría alucinaciones, se excoriaba su propia carne, se orinaba y defecaba encima, y se embadurnaba de heces todo el cuerpo y la celda. Johnson llegó a tener tendencias suicidas y a veces se comportaba mal con la esperanza de que los guardias de la prisión lo golpearan hasta matarlo.”
En respuesta a la sentencia, el senador demócrata Peter Welch escribió el martes en las redes sociales que “el uso excesivo del aislamiento solitario es cruel, viola la Constitución y no rehabilita a las personas. Decepcionante que el SCOTUS haya eludido este caso”.
Al tiempo que elogiaba la disidencia de los tres jueces liberales, Daniel Greenfield, abogado del Centro de Justicia Roderick & Solange MacArthur, afirmó en un comunicado que “tres años de reclusión en régimen de aislamiento 24 horas al día, 7 días a la semana, sin ninguna oportunidad de hacer ejercicio, habrían horrorizado a los Fundadores. No debería escandalizarnos menos hoy”.
El martes, justo un día después de la sentencia, el Grupo de Trabajo Federal contra el Aislamiento -una coalición del Centro de Derechos Constitucionales, la ACLU, #HALTSolitary, la Campaña Religiosa Nacional contra la Tortura, la Campaña Unlock the Box y Zealous- celebró un Día Nacional de Acción contra el Aislamiento.
El acto principal del día fue una concentración virtual vespertina durante la cual la diputada demócrata Cori Bush afirmó que “estamos utilizando el dinero de los contribuyentes para torturar a la gente”.
“Mientras nos reunimos hoy, todavía hay más de 122.000 personas recluidas en régimen de aislamiento en todo nuestro país”, afirmó Bush, que en julio encabezó la presentación de la Ley para el Fin del Aislamiento, que según la congresista cuenta ya con 20 copatrocinadores.
“Y el problema, lo sabemos, está empeorando”, añadió. “Desde el año pasado, la reclusión en régimen de aislamiento ha aumentado casi un 12% en la Oficina Federal de Prisiones, a pesar de la promesa electoral del presidente [Joe] Biden de acabar de una vez por todas con esta horrible práctica”.
“Seamos claros”, subrayó. “Esto es vergonzoso, y otro ejemplo de cómo nuestro gobierno habla a bombo y platillo de los derechos humanos, pero hace poco para afirmarlos y protegerlos en la práctica real.”
l proyecto de ley de Bush, además de poner fin a la reclusión en régimen de aislamiento en centros federales durante más de cuatro horas, protegería a los reclusos vulnerables de ser sometidos a régimen de aislamiento, establecería alternativas para la separación a largo plazo de los reclusos de la población penitenciaria general, impondría estrictas protecciones del debido proceso, crearía mecanismos de supervisión y aplicación, e incentivaría a los estados y municipios a promulgar leyes similares.
“Los daños catastróficos de la reclusión en régimen de aislamiento son indiscutibles”, prosiguió Bush, enumerando suicidios y otras formas de autolesión, enfermedades cardíacas, depresiones y otras dolencias físicas y mentales graves. “La reclusión en régimen de aislamiento durante cualquier periodo de tiempo… puede causar graves daños a largo plazo”.
“Esta táctica punitiva y violenta no mejora la seguridad. Hace tiempo que es hora de prohibir su uso”, añadió la congresista. “La gente de este país está de acuerdo; por eso las encuestas recientes muestran que la mayoría de los votantes de todo el espectro político apoyan una legislación federal que ponga fin por completo al confinamiento en solitario, más allá de un límite de cuatro horas.”
Además de poner fin a la reclusión en régimen de aislamiento en centros federales durante más de cuatro horas, el proyecto de ley de Bush protegería a los reclusos vulnerables de la reclusión en régimen de aislamiento, establecería alternativas para la separación a largo plazo de los reclusos de la población penitenciaria general, impondría estrictas garantías procesales, crearía mecanismos de supervisión y aplicación, e incentivaría a los estados y municipios a promulgar leyes similares.
La reclusión en régimen de aislamiento está reconocida desde hace tiempo como tortura. Investigaciones como un estudio de la década de 1990 sobre docenas de ex prisioneros de guerra yugoslavos recluidos durante una media de seis meses en régimen de aislamiento revelaron que las personas encerradas en régimen de aislamiento registraban anomalías cerebrales comparables a las de quienes sufrían traumatismos físicos en la cabeza.
“En momentos como éste, se nos pide que reconozcamos la humanidad común que hay en los demás”, dijo Bush durante la manifestación en línea del martes. “Acabar con el confinamiento en solitario es una de estas maneras”.
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